miércoles, 5 de diciembre de 2007

Lo hiperbólico.

Cuando se vive en un mundo altamente informatizado como el de hoy, hiperbolizar es lo de moda; y es que parece que ante el crecimiento poblacional y las multiples opciones de 'personalizar' tu personalidad, como que al pequeñísimo postmoderno se le debía de ocurrir alguna práctica forma de llamar la atención junto a una turba de normaildad. Yo debo de confesarme insoportablemente normal. Rara vez estoy verdaderamente estresado; no estoy del todo seguro de haber, alguna vez, pasado por una depresión; y definitivamente no soy bipolar. Curioso es que, ante estas confesiones, pareciera que soy en realidad el ser más extraño del mundo. ¿No es acaso que hoy todo el mundo está estrezado, deprimido y con constantes cambios de personalidad? Yo creo que, simplemente, es una extraña necesidad de hiperbolizar.

-¿Cómo estás, guey?
-Súper estresada.
-Ingas, ¿en serio? Yo también.
¿Realemente estamos todos estresados? Me parece que el escenario ideal pare ese tipo de afirmaciones es una ciudad lluviosa, como Londres, llena de edificios grises de oficinas y gente desvelada porque, en realidad, nunca sale el sol, tomando café para quedarse despiertos. Nada más alejado de nuestra realidad geográfica. Además, si a todos realmente nos causara estrés demesurado nuestro trabajo, el país sería de una productividad increible. Nada más alejado de nuestra realidad económica. Creo que es más una necesidad esnob por sentirse importante. La verdad, no todos los oficios y profesiones generan tanto estrés y ¿qué tan estresante puede ser el oficio de payaso como para que Pompo siempre estrese a Regalito?
-Osea, estoy bien estresada,- le dice una vieja a otra en un Strabuck's en Calzada del Valle. ¿Qué tanto se puede estresar si la mujer se dedica a decirle al chofer que aviente a sus niños al camperte y a vigilar a su chacha? Todos quieren estar estresados porque el estrés implica estatus. Es como si al resto de las personas nos importara su incapacidad de resolver problemas prácticos sin quebrarse la cabeza. Muchos tienden, además, a hiperbolizar el estar simplemente agobiado y/o abrumado por un estado de total estrés. Yo, mientras tanto, ya estoy aprendiendo a tejer que, con esta pandemia de estrés, las actividades terapéuticas ya se asoman también al mundo de la moda.